Proyecto priorizará creación de unidad de infantería de elite con alta movilidad y capacidad de combate, incrementando las ventajas que Chile ya tiene en el plano militar sobre sus vecinos. Además demandará recursos substanciales para la compra de un importante número de helicópteros de transporte y otros fuertemente armados, en una operación poco transparente.
El Ejército ha establecido la creación
de una brigada helitransportada como la principal prioridad de esa
fuerza. El proyecto, que el Comandante en Jefe de la institución,
general José Miguel Fuente-Alba, ha instalado como el eje del plan de
desarrollo del Ejército para los próximos diez a doce años, incluye la
adquisición de entre 24 y 30 helicópteros medianos de transporte, al
igual que entre 8 y 12 helicópteros de ataque.
Las aeronaves, que serán operadas por la
Brigada de Aviación del Ejército (BAVE), con sede en Rancagua, serán
empleadas por esa instancia para proveer tanto la movilidad como el
apoyo de fuego de la nueva unidad que estará integrada por entre 800 y
mil 200 efectivos seleccionados de infantería, entrenados para
operaciones de asalto vertical, término empleado en círculos militares
para referirse a las operaciones helitransportadas.
La brigada también aportará elementos
para despliegue rápido en apoyo de misiones internacionales sancionadas
por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Aunque los efectivos de infantería que
integrarán la Brigada Helitransportada dispondrán de sus propias armas
de apoyo, incluyendo morteros de infantería y armas portátiles
anti-tanque, las aeronaves que les transportarán dispondrán también de
armas para apoyar a las tropas en la zona de desembarco y durante sus
posteriores movimientos en tierra. Sin embargo, el Ejército también
planea comprar helicópteros de ataque, que serán el pilar central del
poder de fuego de la nueva brigada. Los helicópteros de ataque no son
aeronaves diseñadas para el transporte de tropas o carga, sino para
llevar armas anti-tanque y de ataque al suelo, disponiendo de los
sensores y sistemas de dirección de tiro para emplear esas armas con la
máxima letalidad posible.
El Ejército comenzó a considerar la
compra de helicópteros de ataque a fines de la década de los noventa y,
su interés, se concentró en un principio en la posibilidad de adquirir
ejemplares de segunda mano del Bell AH-1S Cobra, disponibles como
excedentes del ejército estadounidense. Pero el alto costo de compra de
los Cobra, así como de su necesaria modernización, obligó a dejar la
idea de lado, para estudiar en cambio la posibilidad de adquirir
helicópteros de uso general pero especialmente equipados con armas
anti-tanque. Esa idea también quedó postergada, concentrando los
recursos recibidos por la institución en el equipamiento y organización
de sus nuevas brigadas acorazadas y regimientos reforzados, proceso que
ha incluido la compra de los tanques Leopard 2, vehículos blindados de
combate de infantería Marder y obuses autopropulsados M-109.
Pero ahora, cuando el proceso de
organización de las nuevas brigadas y regimientos está ya avanzado y
consolidado en su mayor parte, el Ejército ha comenzado a mirar las
alternativas disponibles para cubrir sus necesidades de helicópteros de
ataque. Aunque inicialmente se retomó la idea de convertir helicópteros
de uso general a versiones especialmente artilladas, eso ha sido dejado
de lado, prefiriéndose la mayor eficacia de las aeronaves de ala
rotatoria especialmente concebidas como plataformas de armas. Aunque se
han estudiado alternativas como las representadas por el Bell AH-1Z King
Cobra, el interés del Ejército se ha ido concentrando en maquinas
europeas, principalmente el A129 Mangusta del fabricante italiano Agusta
y el EC665 Tigre del fabricante franco-germano Eurocopter.
Pero la balanza se estaría inclinando
hacia este último, debido a que el general Fuente-Alba estaría adoptando
el criterio de que tanto los helicópteros de transporte como las
maquinas de ataque procedan del mismo fabricante. Bajo ese criterio, el
productor mejor posicionado es Eurocopter, firma que forma parte del
grupo industrial europeo EADS. Esta compañía tiene una fuerte presencia y
perfil en Chile, heredada en parte de Aerospatiale, uno de los
fabricantes en base a cuya fusión se creó esa firma. Entre los años
sesenta y noventas Aerospatiale vendió helicópteros Puma, Super Puma,
Lama y Alouette al Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea. Eurocopter
tiene hoy una filial chilena, Eurocopter Chile con sede en Tobalaba, que
atiende a operadores militares y civiles de nuestro país y naciones
vecinas.
En el caso especifico del Ejército, esa
institución encargó ocho helicópteros medianos de transporte EC532
Cougar a Eurocopter en el año 2005, para ser operados por la BAVE en
apoyo al entrenamiento y potenciales despliegues de la Brigada de
Fuerzas Especiales. Esas aeronaves, con capacidad para transportar a 25
soldados equipados o 4 mil 500 kilos de carga, ya están en servicio en
el país. Pero el Ejército también está negociando en este momento la
compra de otros nueve helicópteros EC 532 Cougar de segunda mano,
pertenecientes a la Fuerza Aérea de los Países Bajos y puestos la venta
por el gobierno de ese país. Una vez adquiridas, y antes de su recepción
por parte de los militares chilenos, esa maquinas serán refaccionadas
por Eurocopter.
La compra de los nueve Cougar ex
holandeses iniciará la formación de la flota de aeronaves necesarias
para implementar la creación y organización de la Brigada
Helitransportada. Pero se seguirán comprando aeronaves del mismo modelo y
fabricante –es decir de Eurocopter– hasta completar los entre 24 y 30
helicópteros medianos de transporte que dicho plan prevé. Al respecto,
fuentes cercanas al ministerio de Defensa en Santiago dijeron a El
Periodista que el Ejército tiene interés en comprar otros ocho
helicópteros Cougar holandeses, que no están a la venta en este momento
pero que estarán disponibles dentro de dos años.
Alto Costo y Desbalance Vecinal
Siguiendo el criterio dispuesto por
comandante en Jefe del Ejército de que todos los helicópteros deben
proceder del mismo fabricante, los aparatos de ataque deberán ser
también provistos por Eurocopter. El único helicóptero de ataque dentro
de la cartera de productos de este fabricante europeo es el EC665, un
aparato muy avanzado diseñado para los ejércitos de Francia y Alemania,
pero que también ha sido adquirido por Australia y España. Además de
portar armas con el poderío necesario para destruir tanques, otros
vehículos blindados y emplazamientos fortificados, el Tigre puede llevar
misiles aire-aire. En principio estos misiles –que pueden ser Mistral
de origen francés o Stinger estadounidenses– están destinados a dar
cuenta de helicópteros enemigos, pero también podrían ser usados
defensivamente contra aviones de combate.
Según observadores, el costo total del
proyecto, en lo relativo a la compra de los helicópteros que requiere su
implementación, puede empinarse en torno a los 900 y mil 200 millones
de dólares. A eso tendría que sumarse el incremento del presupuesto
regular, para dotar a la BAVE de la infraestructura, tripulaciones y
personal técnico para operar, mantener y reparar la nueva flota aérea.
Al respecto, señalaron que el despliegue de sólo seis helicópteros de
ataque EC665 Tigre exigiría llevar al terreno cerca de 200 efectivos de
apoyo, entre técnicos en electrónica para atender sistemas de
comunicaciones y dirección de tiro, mecánicos, armeros y otros. Este
equipo humano requeriría un número importante de vehículos terrestres
para movilizarse en el campo y llevar herramientas, repuestos, munición y
otros pertrechos.
En concreto, fuentes cercanas a Defensa
aseguran que la idea del General Fuente-Alba es privilegiar la compra de
los helicópteros, asignando para ello parte substancial de los recursos
financieros para adquisiciones de material que la institución reciba de
aquí al año 2010. Eso podría ser relativamente viable si se establece
un sistema de financiamiento de largo plazo, con planificación a cuatro y
doce años. Pero todo indica que el proyecto de reforma del sistema,
aprobado recientemente en la Cámara de Diputados en primer trámite
legislativo, no será aprobado en su forma original. Hasta ahora la
Concertación se ha jugado, con éxito, por introducir modificaciones para
que los presidentes tengan atribuciones para postergar, recortar o
cancelar proyectos de compra de material bélico.
Pero más allá de los costos asociados al
plan, está el hecho de que la creación y equipamiento de la nueva
brigada helitransportada profundizaría el balance –o “el desbalance”,
como acota un agudo observador– que actualmente existe entre Chile y sus
vecinos en el plano militar, que ya es evidentemente favorable a Chile
en las dimensiones terrestre, aérea y naval. La situación incrementaría
las tensiones con los vecinos, especialmente con Perú, negando los
supuestos beneficios de seguridad que se esgrimen a favor de las compras
militares. “Más defensa no implica más seguridad, y los excesos pueden
tener un efecto diametralmente opuesto al supuestamente buscado”,
advierte un especialista local. El ministro de Defensa, Andrés Allamand,
estaría informado respecto del proyecto y no habría levantado
objeciones, según otras fuentes.
Otras Aristas
Pero podría haber otras compras
gatilladas por la creación de la brigada helitransportada. El apoyo
logístico que esta demandaría, transportando personal técnico, munición y
repuestos a terreno, está siendo invocado en favor de la compra de
aviones de transporte del tipo C-27J Spartan, de fabricación italiana.
Su fabricante, la firma italiana Finmeccanica, trajo un ejemplar de este
aparato a la última versión de la muestra aérea FIDAE en Santiago, a
fines de Marzo, aprovechando la ocasión para someter el aparato a
evaluación por parte de la BAVE en Rancagua. Según fuentes bien
informadas, el Ejército está considerando adquirir entre tres y cinco
ejemplares de esta aeronave.
Ello es criticado por algunos
observadores, que consideran descabellado comprar el C-27J cuando el
C-295M, un aparato similar, ya está en el inventario de las fuerzas
armadas chilenas, específicamente de la Armada. Dichos observadores
plantean que sería más conveniente estandarizar los medios de transporte
mediano en el C-295M, para abaratar costos de mantenimiento.
Otros críticos, más suspicaces, han
apuntado a la “curiosa coincidencia” de que el operador que está
promoviendo las compras de todo el material mencionado, incluyendo tanto
los helicópteros Cougar y Tigre de Eurocopter como el avión de
transporte C-27J, es nada menos que Virgilio Cartoni, quien durante la
última década se ha perfilado como el principal proveedor local del
Ejército. A través de su firma de representaciones CyM, Cartoni actúa
como intermediario de cerca de un centenar de fabricantes del más
variado material de uso bélico, además de la ya mencionada Eurocopter.
Sus representaciones incluyen a la alemana Krauss Maffei Wegmann (KMW),
fabricante de los tanques Leopard 2 y los transportes blindados Marder
adquiridos por el Ejército; la germano-suiza Ruag Defence, que vendió al
Ejército 24 obuses autopropulsados M-109 de segunda mano modernizados; y
la israelí Rafael, fabricante de los misiles anti-tanque Spike
adquiridos por el Ejército en su versión terrestre, y que ahora está
ofreciendo la versión ER de la misma arma, para montar en helicópteros
de ataque.
Oficial en retiro del Ejército y ex
miembro de la BAVE, Cartoni mantiene influyentes relaciones al interior
de esa institución castrense. Algunos de sus contactos son resultado de
su propio paso por esa rama militar, de la cual se retiró tempranamente
como teniente; y otros serían producto de relaciones familiares, entre
los que se cuentan sus primos, los generales en retiro Patricio Cartoni
Viale y Alessandro Cartoni Pruzzo. La cercanía de este último con el
comandante en Jefe, general José Miguel Fuente-Alba, es conocida dentro
del Ejército. Alessandro Cartoni Pruzzo, primo hermano de Virgilio, fue
Jefe de la Guarnición Militar de la Región Metropolitana en el 2011 y,
cuando fue pasado a retiro tras cumplir su periodo reglamentario de
servicio, Fuente-Alba ordenó su reincorporación en categoría especial.
“Virgilio Cartoni no tiene el mismo
nivel de influencia en la Armada y la Fuerza Aérea, razón por la cual no
ha tenido con esas ramas el mismo éxito comercial logrado con el
Ejército”, explicó a El Periodista una fuente cercana a estos temas.
Algunos de esos éxitos se convirtieron en escándalos públicos, como la
venta de insumos médicos al Hospital Militar en los noventa. Una
investigación de Contraloría reveló en el 2001 que, al elegir la oferta
de Cartoni y sus socios, la dirección del Hospital Militar –subordinada
al alto mando del Ejército– había decidido adquirir los insumos
ofrecidos sin cotizar otras alternativas disponibles en el mercado,
pagando un abultado sobreprecio. Pero la misma investigación reveló otra
irregularidad: tanto Virgilio Cartoni como uno de sus socios en la
operación, el coronel (R) Mario Marshall, eran empleados civiles del
Ejército al momento de ganar la licitación para suministrar los insumos
al hospital institucional.
Estos últimos antecedentes son invocados
por observadores críticos, que se preguntan cuál es el nivel de
influencia que estaría ejerciendo Virgilio Cartoni en el proyecto
estrella del actual Comandante en Jefe del Ejército. Otra duda es cuál
es la consideración real asignada al interés nacional dentro de ese
proyecto, tanto por la institución castrense como por las autoridades
políticas del sector Defensa.
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